Llegan tarde las caricias,
las palabras, las voces,
un recuerdo ya olvidado;
llegan tarde los sueños,
las miradas, las manos,
un recuerdo ya abandonado...
y el cielo queda herido,
roto en su arco iris,
en silencio, en la sombra,
inválido entre los deseos,
incapacitado en el amanecer,
postergado en el ocaso...
dónde irá su caminar,
dónde su sonrisa...
la del cielo,
el cielo herido.
De las nubes, mis lluvias...
de las lluvias, mi silencio...
del silencio, mi poema...
de un poema, mis manos,
desarraigadas en sus sueños,
soñadoras en su olvido.
Un paisaje cambiante;
ahora luz, ahora sombra,
ahora las palabras,
ahora la soledad de la voz.
De las nubes, mis miradas...
de las miradas, mis sueños...
de los sueños, mi ayer...
del ayer, mis manos,
ancladas en sus silencios,
viajeras en el viento.
Un paisaje cambiante;
frío y lluvia,
lluvia y viento...
y un silencio en las manos,
un silencio en la voz.